La filtración del mosto es un paso fundamental en la elaboración de cerveza, ya que afecta directamente a la calidad del mosto y a la eficiencia general de la producción. Los desafíos como las velocidades de filtración lentas o las interrupciones de la filtración pueden interrumpir el proceso de elaboración de cerveza, a menudo como resultado de materias primas de mala calidad, sacarificación inadecuada, alta viscosidad del mosto o técnicas de filtración inadecuadas. A continuación, se presentan medidas profesionales para abordar estos desafíos de manera efectiva:
Ajustes operativos
Suspender la filtración y ajustar la capa de lías. Activar el agitador de lías en el tanque de filtrado para aflojar la capa de lías compactada. Introducir agua caliente a una temperatura de 75 a 78 °C desde el fondo del tanque (comúnmente conocida como "agua de superficie") para ayudar a reacondicionar la capa.
Combinar la adición de agua con la agitación
Si el aflojamiento por sí solo no es suficiente, agregar simultáneamente agua caliente mientras se enciende el agitador. Revolver el puré suavemente durante 2 a 4 minutos. Ajuste la velocidad de agitación, si es necesario, para romper la capa de lías compactadas. Deje reposar el puré durante 5 a 10 minutos para volver a formar una capa de lías uniforme antes de reanudar la filtración.
Mantenga la temperatura y el aislamiento óptimos
Asegúrese de que el aislamiento del tanque de filtrado sea eficaz, evitando la pérdida de calor.
Mantenga la temperatura del agua de lavado de lías adecuadamente alta, evitando el enfriamiento que podría impedir la eficiencia de la filtración.
Cierre de forma segura las compuertas de aire y la boca de acceso del tanque de filtrado para mantener condiciones de temperatura y presión constantes.
Ajustes del proceso
Optimice la calidad de la materia prima, utilice malta de alta calidad con propiedades enzimáticas equilibradas para reducir los posibles problemas de filtración.
Asegure un grado uniforme y adecuado de trituración de la malta, evitando moliendas excesivamente finas o gruesas.
Mejore la eficiencia de la sacarificación
Utilice preparaciones de amilasa para mejorar la descomposición del almidón y reducir el contenido de glucano en el mosto. Considere implementar una técnica de inmersión a baja temperatura: Agregue malta al recipiente de sacarificación a 35–37 °C. Remoje durante aproximadamente 30 minutos para mejorar la descomposición del glucano y reducir la viscosidad del mosto.
Controle la velocidad de filtración
Comience la filtración a una velocidad más lenta para evitar la "evacuación", una condición en la que la succión excesiva conduce a la compactación de la capa de lías, lo que obstruye el flujo. Aumente gradualmente la velocidad una vez que se establezca un proceso de filtración estable.
Al combinar estos ajustes operativos y centrados en el proceso, los cerveceros pueden superar las dificultades de filtración, garantizar una calidad constante del mosto y mantener ciclos de producción fluidos. El monitoreo proactivo de las materias primas y el refinamiento de las prácticas de elaboración de cerveza minimizarán los problemas recurrentes y mejorarán la eficiencia general.
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